Al despertar te busqué a mi espalda porqué no te veo entre mis brazos, fue una reacción en milésimas de segundo. Me levanté y vi a los enanos durmiendo apachurradamente, recordé, entre dormido, que estabas sí, pero no acá acostada, y te extrañé. Ya en el comedor vino un viento helado del invierno próximo, me pega en la espalda.
Para que llegue la primavera con sus colores y olores tiene que pasar éste secante frío.
Pensé que venís; es la imagen de tu rostro, con risa, de sonrisa perfecta, de cejas hermosas, de mirada que atraviesa.
Me voy dando cuenta que ya no me molesta el viento frío, estarías siento viento.
En rafagas intensas, que no dejan atender nada más que esa intensidad, que mueve toda la postal que estés mirando, que remueve y vuela lejos lo ya consumido que anda por ahí, que se lo lleva bien lejos y ya no lo veo.
Seguís siendo viento cuando está en calma, cuando parece que no está, si me fijo te veo, te siento, si lo deseo abro la ventana y me envolves todo, me refrescas, me despertas, tenés esa capacidad de estar ahí aunque no lo parezca, aunque no lo vea, con el solo hecho de uno querer apareces, otras veces sin uno llamarte apareces y eso... Eso me encanta.
Los tiempos me dieron la oportunidad de ver de lo que hace el viento. Es capaz de arrancar árboles de raíz, levantar casas enteras, de hacer magnificas tempestades, de ser muy pero muy fuerte, inagotable.
El viento también lleva las esporas de aquí para allá desparramando vida por ahí, llenando de vida por ahí. También traés la calidez, los olores, la brisa que hace perfectos los momentos, no sos solo la tempestad, cuando querés sos las olas, sos el sonido que llena los momentos de magia, También llevas vida, sos vida, y haces linda la vida, salú compañera.
Para que llegue la primavera con sus colores y olores tiene que pasar éste secante frío.
Pensé que venís; es la imagen de tu rostro, con risa, de sonrisa perfecta, de cejas hermosas, de mirada que atraviesa.
Me voy dando cuenta que ya no me molesta el viento frío, estarías siento viento.
En rafagas intensas, que no dejan atender nada más que esa intensidad, que mueve toda la postal que estés mirando, que remueve y vuela lejos lo ya consumido que anda por ahí, que se lo lleva bien lejos y ya no lo veo.
Seguís siendo viento cuando está en calma, cuando parece que no está, si me fijo te veo, te siento, si lo deseo abro la ventana y me envolves todo, me refrescas, me despertas, tenés esa capacidad de estar ahí aunque no lo parezca, aunque no lo vea, con el solo hecho de uno querer apareces, otras veces sin uno llamarte apareces y eso... Eso me encanta.
Los tiempos me dieron la oportunidad de ver de lo que hace el viento. Es capaz de arrancar árboles de raíz, levantar casas enteras, de hacer magnificas tempestades, de ser muy pero muy fuerte, inagotable.
El viento también lleva las esporas de aquí para allá desparramando vida por ahí, llenando de vida por ahí. También traés la calidez, los olores, la brisa que hace perfectos los momentos, no sos solo la tempestad, cuando querés sos las olas, sos el sonido que llena los momentos de magia, También llevas vida, sos vida, y haces linda la vida, salú compañera.