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viernes, 14 de febrero de 2020

De los enanos 1

Hoy me dijeron que cuatros ojos brillan por mí.
No lo quiero así.
No quiero pensar en las mejillas más suaves de mundo, esos abrazos calurosos, esas miradas, aveces tristes, aveces alegres, esas de los enanos. Cómo que su brillo dependa de mí, paterno para que no sea así.
Muchas son las cosas que los esperan, tienen un mundo para que caminen con sus pies, no con los míos.
Los quiero sin cadenas, sin hilos, atados solo a ellos mismos.
Guiarlos a que sepan de lo aprendido que es bien y que no, que lo cuestionen todo lo que precisen.
Que sepan soltar, que sepan amar(se).
Que hagan lo que a uno le cuesta, que vivan tranquilos con ellos.
Que sean humanos, que sean bien.
Que sepan de las sombras y las luces que nos habitan a cada uno.
Que no pisen en falso si no es a su antojo.
Que sean, esa es la manera de ser lo más libre acá, que sean ellos.
Que se pertenezcan.
Si es así brindaré por ellos y por mí.
Así los amaré y me amaré más.

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